sábado, 23 de agosto de 2008

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Síndrome metabólico, sobrepeso y diabetes.

Por: Lionel Valenzuela Pérez.

La diabetes una enfermedad en expansión:

En Estados Unidos el 10% de los adultos sufren diabetes tipo II. Se diagnostican un millón y medio de nuevos casos cada año. Para el 2010, se esperan 200 millones de casos de esta grave enfermedad en el mundo.

En la Argentina, algunos sitios informan que un 10% de la población sufre diabetes, unos 3, 6 millones (alrededor del 40% de esta gente ignora que es diabética). Según el INDEC el porcentaje para el año 2005 era de un 8,4% de la población total del país.

La diabetes en México, es uno de los problemas más importantes de salud, al año se registran 40 mil defunciones causadas por la diabetes. En 1995, con 4 millones de enfermos, ocupaba el décimo lugar a nivel mundial y se estima que para el 2025, ocupará el séptimo con 12 millones.

Breve idea inicial sobre la insulina y la diabetes.

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La insulina es una hormona -una molécula mensajera- que es transportada por el torrente sanguíneo. Como muchas otras hormonas la insulina es de naturaleza proteica, es decir está formada por aminoácidos ligados por uniones peptídicas.

La insulina es la hormona "anabólica" por excelencia; es decir, permite disponer a las células del aporte necesario de glucosa (combustible celular), que luego por glucólisis y respiración celular nos proveerá de la energía química en forma de ATP (moneda energética), necesaria para las funciones celulares.

Su acción es activada cuando el nivel de glucosa es elevado en la sangre, siendo la insulina liberada por las células beta del páncreas. Su función es favorecer la absorción celular de la glucosa, por lo tanto la insulina es una hormona hipoglucemiante (hace que la concentración de glucosa disminuya en la sangre).

La insulina tiene además otras importantes funciones, por ejemplo estimula la síntesis de proteínas y la síntesis de ADN. Por lo tanto actúa también como un factor de crecimiento para las células de todo el organismo.

Desde la antigüedad los médicos de todas las civilizaciones han dejado registro de la enfermedad hoy llamada diabetes.

La primera referencia a la diabetes se encuentra en el papiro de Ebers encontrado en 1862 en Tebas (hoy Luxor). En el papiro se recoge una síntomalogia que recuerda a la diabetes, así como el tratamiento prescripto.

La antigua literatura hindú en los Vedas describe la orina pegajosa, con sabor a miel y que atrae fuertemente a las hormigas de los diabéticos. Súsruta, el padre de la medicina hindú describió la diabetes mellitus y llegó incluso a diferenciar una diabetes que se daba en los jóvenes que conducía a la muerte y otras que se daba en personas de una cierta edad.

Demetrio de Apamea refinó el diagnóstico de la diabetes mellitus Apolonio de Memfis acuñó el terminó de diabetes (a partir dia "a través" y Betes "pasar") para referirse a una enfermedad caracterizada por la eliminación de grandes cantidades de orina (poliuria), debilidad general e intensa sed. Apolonio creía que era una forma de hidropesía. Posteriormente se le agrego el termino latino mellitus (miel, dulce) para referirse al sabor dulce de la orina de los enfermos.

Actualmente sabemos que la diabetes es un desorden caracterizado por una elevada concentración de glucosa en sangre (hiperglucemia). Nuestro cuerpo funciona mejor con cierto nivel de glucosa en sangre. Si los niveles de glucosa aumentan o disminuyen demasiado, nos sentiremos mal. Diremos que una persona es diabética si consistentemente sus niveles de glucosa en sangre son muy elevados. La diabetes es el desorden endócrino más común.

Los niveles altos de glucosa en sangre dañan los vasos sanguíneos pequeños, como los de los riñones, corazón y ojo. Existen dos formas típicas de diabetes, la diabetes tipo 1 y la diabetes tipo 2. Las dos formas de diabetes matan aproximadamente a 250.000 norteamericanos por año y provocan gastos por más 130.000.000 millones de dólares.

La diabetes es la mayor causa de falla de los riñones, amputación de miembros y pérdida de la visión en norteamericanos adultos. La diabetes también aumenta al doble el riesgo de enfermedades cardíacas.

La pandemia de diabetes y su crecimiento, en su mayor parte concierne al tipo 2 de diabetes (generalmente llamada diabetes del adulto, aunque también afecta a algunos niños). La diabetes tipo 2 no aparece súbitamente (como si puede hacerlo la tipo 1), mas bien parece ser el fin de un proceso que comienza con una condición que ahora denominamos “síndrome metabólico”.

En otras palabras, la diabetes tipo 2 es la culminación de un grupo de afecciones relacionadas que incluyen:

- elevada presión arterial

- obesidad abdominal

- elevada concentración de ciertos lípidos en la sangre

Por lo tanto las personas que tienen estos síntomas o signos, podemos decir que sufren del “síndrome metabólico” y tienen una mayor probabilidad de desarrollar diabetes.

En estas condiciones a medida que el cuerpo deja de responder a la insulina, las células beta del páncreas son forzadas a liberar más hormona (este proceso es llamado insulino-resistencia).

La diabetes tipo 2 no aparecería hasta que las células beta del páncreas queden agotadas. Como sostiene el profesor de medicina, endocrinología y diabetes Richard Bergmann de la University of Southern California.

“El síndrome metabólico, lleva a la necesidad de mas secreción de insulina, pero si las células beta del páncreas no fallan, usted no sufrirá diabetes”

Distingamos entre diabetes tipo 1 y tipo 2:

Diabetes tipo 1:

Caracterizada por deficiencia de insulina.

No se produce suficiente insulina por las células beta del páncreas.

Causas: autoinmunes, genéticas y factores ambientales. En general la sufren chicos y adolescentes. Los más chiquitos lloran frecuentemente y mojan los pañales abundantemente. A veces el diagnóstico es casual a través de análisis que muestran glucosa en orina o elevada en sangre.

Requiere insulina en forma diaria. Incluye al 5-10% de los norteamericanos diagnosticados de diabetes.

Síntomas: sed incrementada, orina y hambre aumentados, perdida de peso, visión borrosa y fatiga extrema.

Diabetes tipo 2:

Caracterizada por resistencia a la insulina.

Las células beta producen Insulina, pero las células del cuerpo son resistentes a su acción. Lo que resulta en una elevada concentración de glucosa en la sangre (porque la glucosa no es transportada a las células). Por lo tanto las células que necesitan de la insulina para recibir glucosa sufren “hambre” (tejidos insulino dependientes).

Factores de riesgo: edad, obesidad, historia familiar, inactividad física y ciertas etnias. Aproximadamente el 80% tiene sobrepeso o son obesos.

Síntomas: fatiga, orina en forma frecuente, sed y hambre incrementados, perdida de peso, visión borrosa, las heridas sanan muy lentamente. Algunas personas no muestran síntomas.


¿Obesidad y sobrepeso, enfermedad de la riqueza?

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Lejos de ser una "enfermedad de la riqueza", la obesidad afecta también en gran medida a los países en desarrollo. Aunque en Argentina no existen datos nutricionales a nivel nacional, de acuerdo con varios estudios se calcula que unas 20 millones de personas tienen problemas de sobrepeso u obesidad, y el número de muertes atribuibles a esta enfermedad es de 30.000 al año.

Al mismo tiempo, el 1% de los obesos supera los 150 kilos, cifra que se traduce en 200.000 discapacitados con pobre o nula posibilidad de asistencia médica. De acuerdo a una estimación del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (CESNI), unos 2.500.000 niños y adolescentes argentinos sufren de sobrepeso u obesidad.

En cuanto a Latinoamérica, según cifras de la OMS, Chile lidera las estadísticas de obesidad. Un promedio del 21,9% de la población chilena tiene sobrepeso entre los mayores de 15 años. Así, el 19% de la población masculina es obesa, mientras que las mujeres alcanzan un alarmante 25% (1/4 de la población femenina). Estas estadísticas son similares a la de otros países latinoamericanos como México.

A nivel mundial la OMS estima que hay más de 1.000 millones de personas adultas con sobrepeso y unos 300 millones de obesos en todo el mundo, mientras que 2.000 millones de niños y adolescentes tienen sobrepeso u obesidad (UNICEF).


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Debemos tener en cuenta cuales son las causas económicas y sociales de la obesidad y la epidemia de la obesidad infantil, entre otras:

- Aumento de la disponibilidad de alimentos y reducción del costo de aquellos menos saludables (fast food y otros).

- Menor demanda de energía en el trabajo y el hogar

- Menor tiempo e ingreso relativo para preparar alimentos de calidad y saludables

- Menor tiempo para hacer actividad física

- Pobreza (impedimento para acceder a alimentos de calidad)

En cuanto a la obesidad infantil:

- Ambos padres trabajan en el hogar por mas horas

- Cambios en la alimentación de las escuelas (cambios alimentarios en general)

- Más comida fuera del hogar (comidas ricas en grasa, gaseosas y jugos)

- Mayor tiempo de ocio frente a la televisión y los videos juegos

Señalemos solamente algunos de los riesgos de la obesidad infantil:

-Hipertensión

-Dislipidemias (alteraciones en el metabolismo de los lípidos)

- Asma

- Problemas articulares

- Pubertad temprana

- Hígado graso

- Apnea del sueño

- Discriminación


¿Que factores están implicados en la diabetes tipo 2?

El profesor Bergman explica que la mayoría de los genes implicados en la diabetes tipo 2 están relacionados con la función de la célula beta, y este hecho ayuda a explicar el patrón de la enfermedad vista en la población de Estados Unidos: Algunos grupos étnicos, particularmente Asiáticos, afro-americanos e indios americanos, no están equipados para compensar un cierto grado de resistencia a la insulina, a medida que se vuelven mas obesos, tienen más grasa visceral y tienen mayor riesgo de sufrir diabetes tipo 2.

Otros factores implicados en el síndrome metabólico y diabetes incluyen, como ya dijimos, la epidemia de obesidad, los locales de Fast-food que venden comidas muy altas en grasas, un estilo de vida sedentario y la masiva utilización de jarabes de alta-fructosa de maíz durante los últimos 30 años (el consumo promedio en estados unidos fue de 28,4 Kg. por persona, en su mayor parte proveniente de bebidas, jugos y gaseosas). Luego volveremos sobre el tema del jarabe de alta fructosa de maíz y como afectaría nuestro metabolismo.


El síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares.

El síndrome metabólico juega un importante papel en las enfermedades cardiovasculares, comparándose su peligrosidad a fumar dos paquetes de cigarrillos por DIA.

Aunque aun se debate sobre la significancia y exacta definición del síndrome metabólico, el Dr. Francisco López-Jiménez de la clínica Mayo en Rochester, Minnesota, opina que es útil este concepto. “Es controvertido como un nuevo diagnóstico…porque cada componente individual ya tiene un nombre: hipertensión, obesidad, niveles de colesterol anormales”

Los escépticos, formulan una pregunta obvia que el admite: “¿Cual es la importancia de crear un nuevo diagnostico, cuando todos los síntomas ya son identificados como enfermedades separadas y el tratamiento sigo siendo el mismo?” López-Jiménez responde: “Unificando medidas, que pueden ser triviales por separado, el síndrome metabólico hace una importante diferencia para los pacientes. Si la glucosa en sangre es un poco alta, la circunferencia de la cintura es levemente anormal, es muy probable diagnosticarlo como síndrome metabólico, pero sin ese término, el paciente dejara el consultorio sin un sentido del riesgo de diabetes o enfermedad cardiovascular que puede sufrir. Si el paciente solo ve que sus análisis son sólo levemente anormales, no tendrá una motivación suficiente para cambiar su comportamiento”

Como un cardiólogo preventivo López-Jiménez remarca que el síndrome metabólico es un factor de riesgo de ataques cardiacos y derrames cerebrales, no solamente diabetes. “Cada componente del síndrome metabólico ha sido relacionado a con las enfermedades cardiovasculares. Aunque ciertas personas desarrollan enfermedad cardiovascular sin diabetes, en muchos casos la diabetes es el punto intermedio entre síndrome metabólico y enfermedades del corazón”

Las fuertes correlaciones entre síndrome metabólico, enfermedad cardiovascular y diabetes no se comprenden completamente, dice López-Jiménez. “La aproximación a estos problemas ha sido que los altos niveles de azúcar son perjudiciales, pero es probable que mas allá de este factor haya otros involucrados, porque varios estudios han fallado en mostrar reducciones significativas en los eventos cardiovasculares solamente controlando la glucosa en sangre. La gente con diabetes tiene una constelación de anormalidades. Los pacientes con diabetes 2 tienen niveles muy altos de insulina, que por si mismos pueden afectar al sistema cardiovascular, haciendo que los diabéticos reabsorban más sal, haciendo que la presión sanguínea se eleve y cambiando el metabolismo del colesterol. La insulina elevada por si misma puede ser relacionada con diversas anormalidades arteriales, como la arteriosclerosis¨

Vamos a resumir las principales características del síndrome metabólico (también denominado síndrome de la insulino-resistencia, síndrome metabólico X u obesidadiabética):

- Obesidad abdominal, circunferencia de la cintura por encima de las 88,9 cm (35 pulgadas) en la mujer o 101,6 cm (40 pulgadas) en el hombre (una pulgada = 2,54 cm)

- Bajos niveles de lipoproteínas de alta densidad (LAD, HDL o “colesterol bueno”)

- Test de glucosa en ayunas elevado (o test de glucosa basal)

- Insulino resistencia (el organismo no responde apropiadamente a la hormona)

- Presión arterial elevada (por encima de 130/80).


¿La dieta: una fuerte respuesta a la diabetes y al síndrome metabólico o una falsa esperanza?

Estar con sobrepeso o ser obeso son dos de los factores de mayor importancia en el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, dieta y ejercicio son dos tradicionales puntos de atención en la prevención de la diabetes, pero perder peso es mas fácil decirlo que hacerlo, como lo presenta Richard Bergman de la University of Southern California. “ Hemos oído muchas veces sobre un aproximación a un estilo de vida que lleve a la perdida de peso, pero solo por un corto período de tiempo, el 97% de la gente que pierde peso por dieta y ejercicio vuelve a recuperarlo en un periodo de tres a cinco años; es muy dificultoso tener una mejora en el largo plazo”

Algunas investigaciones han encontrado que la perdida de peso puede ser mantenida con el suficiente esfuerzo. Como señala Bergman: “ En Finlandia, han formado grupos de seguimiento y estudiado a la gente por cinco años, utilizaron mucho tiempo y muchas sesiones de seguimiento y consejo, y esto redujo el riesgo de diabetes muy significativamente, pero esto es en general, poco efectivo en una situación de la vida real. La gente delgada piensa que es muy sencillo, pero es casi imposible perder peso para la gente de esta forma. Una persona obesa, que ha perdido peso, no es igual a una persona delgada. Porque su tasa de utilización de energía son muy bajas, y ganan nuevamente peso aun con una dieta de bajas calorías”


El médico: perder peso si o si

A pesar de todo, la investigación sobre el síndrome metabólico continua mostrando cuanta diferencia puede hacer un cambio en el estilo de vida –para mejor o peor- en la progresión hacia la diabetes.

Así lo han demostrado los estudios realizados por el Programa de prevención de Diabetes, que ha estudiado a 3.234 personas con sobrepeso y con intolerancia a la glucosa (dos elementos claves en el síndrome metabólico). Una combinación de dieta y ejercicio redujo el riesgo de diabetes en un 41%, mucho mejor que la droga metformina (que se utiliza en personas diabéticas con sobrepeso) que solo redujo el riesgo de diabetes en un 17%.

El programa de prevención de diabetes fue tan efectivo, que fue concluido un año antes, para permitir que el grupo control recibiera el asesoramiento adecuado sobre la combinación de dieta y ejercicio, para el cardiólogo López-Jiménez los resultados fueron convincentes. “Los pacientes perdieron solo 4 libras (aproximadamente dos kilos), pero aquellos que se volvieron físicamente mas activos y trataron de comer mejor, las probabilidades de desarrollar diabetes disminuyeron. Es difícil encontrar a alguien con síndrome metabólico que sea muy activo, haga ejercicio y tenga una buena dieta. Todo aquel que tenga síndrome metabólico necesita un cambio de comportamiento”

Los beneficios del ejercicio, combinado con cierta pérdida de peso, ha provocado que ciertos médicos cambiaran su foco de atención hasta el momento centrado siempre en la balanza. López-Jiménez puntualiza “Tratamos de mantenernos alejados del punto de vista de que nuestro objetivo es la reducción de peso. Sobre todo no decimos, haga algo de ejercicio, haga dieta y luego nos vemos. Nosotros prescribimos la calidad y la cantidad de ejercicio y trabajamos con los pacientes para sobrellevar cualquier limitación física o también en nuestro caso con el horrible invierno de Minnesota”


Comer menos, ejercitar más.

¿Que pueden mostrarnos los estudios recientes sobre el viejo consejo de las madres -comer bien y hacer ejercicio- y los efectos relacionados con el síndrome metabólico y la diabetes?

El entrenamiento con pesas puede ayudar: En un nuevo estudio, el entrenamiento con resistencia progresiva, beneficio tres puntos clave del síndrome metabólico: la insulino resistencia, los triglicéridos en sangre (lípidos peligrosos) y las pruebas de glucosa basal o glucosa en ayunas.

El ejercicio ayuda aun sin pérdida de peso: un estudio sobre 115 adultos en el Instituto Medico Johns Hopkins, encontró que el ejercicio mejora la presión sanguínea, colesterol total y la sensibilidad a la insulina. La causa de estos resultados no fue ni la mejora en el estado físico ni la perdida de peso, sino la reducción de la grasa corporal total y la grasa abdominal.

Ser activo puede tener sus dividendos a medida que envejecemos: Estudios en Noruega, demostraron que aquellos hombres que realizan actividad física en su tiempo libre, tuvieron un 40% de reducción en el desarrollo de síndrome metabólico.

Los programas con objetivos pueden ayudar: Un estudio en Montreal enfocado en personas que ya habían desarrollado diabetes tipo 2, demostró que aquellas que habían completado el programa DiabetAction, que ayuda a seleccionar el ejercicio óptimo para reducir tendencias diabéticas, mostró una significativa reducción en peso corporal, presión sanguínea, circunferencia de la cintura, ritmo cárdiaco basal y prevalencia del síndrome metabólico seis meses después.

Aun intervenciones “moderadas” pueden tener mejores resultados que el simple consejo del medico de familia: Así lo demostró un estudio sobre 335 personas cuyas características los hacían susceptibles de sufrir diabetes que recibieron consejo profesional que los llevo a hacer mas ejercicio y mejorar la mayoría de los marcadores del síndrome metabólico. Este grupo tuvo un 31% de reducción en el riesgo de desarrollar diabetes, pero “el tratamiento usual del medico de familia fue inefectivo en modificar el progresivo deterioro metabólico”.

Estar sentado mucho tiempo puede ser perjudicial: Una reciente mirada sobre el rol del comportamiento sedentario en la muerte, en la enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico concluyo que la tendencia creciente hacia la inactividad sugiere que “las personas que no se ejercitan pueden volverse aun más metabólicamente ineficaces si en los años venideros permanecen demasiado tiempo sentadas”


¿Combinación de ingredientes?

Nadie cuestiona los beneficios metabólicos de perder peso. Pero Edward Weiss de la Universidad de Saint Louis, afirma que hacer ejercicio confiere una serie de beneficios extras. “Diversos estudios demuestran en forma coincidente que si una persona comienza un programa de ejercicios y no pierde peso aun así puede esperar una sustancial reducción en su riesgo de sufrir diabetes”

¿Si el ejercicio solo es beneficioso y la pérdida de peso por si sola es beneficiosa, no debería producir la pérdida de peso a través del ejercicio aun más beneficios? Eso es lo que esperaba Edward Weiss cuando comparo dos grupos, uno que perdió peso debido a restricción calórica y otro que perdió peso debido a un programa de ejercicios. Sin embargo ambos grupos demostraron mejoras similares en peso corporal, tolerancia a la glucosa y sensibilidad a la insulina. “Sin dudas es un resultado que sorprende ya que la hipótesis era que si la perdida de peso era beneficiosa y el ejercicio era beneficioso, cada uno por separado, debería esperarse un beneficio mayo combinando ambos, sin embargo los resultados no mostraron eso”

Los beneficios del ejercicio se centran en la acción de la insulina. Como afirma Weiss, “El músculo se adapta al ejercicio, por lo tanto cualquier liberación de insulina o aplicación de insulina, tendrá un mayor efecto hipoglucemiante, llevando más glucosa al interior celular o al espacio intercelular. Por lo tanto se mejora el clearance de glucosa; el músculo es más sensible con el ejercicio”

“La restricción calórica parece trabajar en forma distinta, disminuyendo el stress oxidativo (cambios metabólicos) y los procesos inflamatorios inclusive puede haber adaptaciones intestinales”

Ya que el ejercicio y la restricción calórica trabajan por mecanismos diferentes, normalmente deberían proveer mayores beneficios al combinar ambos tratamientos, que al hacerlo en forma separada. Sin embargo Weiss piensa que hace faltar investigar más y que en ciertas condiciones la combinación de ejercicio y restricción calórica debería ser más efectiva contra el síndrome metabólico.


Una conversación con un médico especialista en metabolismo y bioquímica.

En una conversación con Stephen Brietzke médico endocrinólogo y diabetólogo de la Universidad de Missouri-Columbia, le preguntamos sobre algunos temas que nos ayuden a entender las laberínticas relaciones entre síndrome metabólico, diabetes y enfermedad cardiovascular.

Alguna gente opina que hablar de síndrome metabólico no es útil porque los médicos ya tratan cada uno de sus componentes de todas formas. ¿Que opina usted?

Desde un punto de vista de la salud pública, es importante no perder de vista el bosque por ver los árboles. El síndrome metabólico permite agrupar a las personas con una historia familiar de enfermedades, que tuvieron enfermedades coronarias, o están levemente excedidas de peso, que tienen una presión arterial por encima de la normal y una bioquímica de la sangre levemente anormal, pero que no son personas candidatas para una terapia basada en un medicamento, dado que sus análisis tomados individualmente no lo justifican. Pero sabemos que un estilo de vida mas saludable, con 30 a 60 minutos de actividad física la mayoría de los días de la semana y una pequeña reducción de peso, están asociados a profundos beneficios en el síndrome metabólico, si la gente esta lo suficientemente motivada para hacer los cambios

¿El concepto de síndrome metabólico le ha ayudado a entender la diabetes y las enfermedades cardiovasculares?

El concepto de un síndrome nos hace pensar en causas subyacentes. Hay dos formas de de ver el concepto de síndrome metabólico, el primero como una serie de fenómenos relacionados: diabetes tipo 2, desordenes en los lípidos de la sangre, y enfermedad coronaria, todos ellos con una posible causa en común, que pudiera explicarlos a todos. Otra forma de verlo es como un grupo de factores de riesgo para múltiples enfermedades, que tiene causas no relacionadas. Me inclino por el primer análisis. Hay evidencia que sugiere que la resistencia a la insulina es clave en el síndrome metabólico, y en algunos estudios tratamientos que benefician la insulino resistencia benefician otros componentes del síndrome. También hay cierta evidencia de que los inhibidores de la ACE (Enzima Convertidora de Angiotensina), que son utilizados para tratarla presión arterial elevada en la diabetes, también tienen efectos benéficos en el efecto de la insulina y la incidencia de la diabetes.

¿Respecto al síndrome metabólico, por qué la gente esta tan preocupada con el tejido adiposo visceral (tejido adiposo en el abdomen)?

Sospechamos que el síndrome metabólico puede resultar de una enfermedad o falta de balance en el tejido adiposo visceral. Usualmente solo pensamos en el tejido adiposo como un simple almacén de energía, pero en realidad es mucho más complejo que eso. El tejido adiposo visceral juega un papel de ying-yang, bueno-malo. Produce componentes benéficos que aumentan la sensibilidad a la insulina (luego profundizaremos en ese tema), reducen la presión arteria y mantienen a los vasos sanguíneos sanos. Pero también produce componentes que promueven la inflamación. Cuando este tejido está “sano” predominantemente produce los componentes benéficos, cuando este tejido se “enferma” cambia su producción hacia los componentes inflamatorios.


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Nunca escuché a nadie hablar del tejido adiposo como “enfermo”…

Hace diez años atrás nadie hubiera dicho que el tejido adiposo podría estar enfermo; se lo veía solamente como un almacén que era metabolitamente inerte y el tratamiento para la diabetes era perder peso. Creemos que algún tipo de “cambio” o “switch” se produce en el tejido adiposo favoreciendo la producción de las moléculas que estimulan la inflamación. Existe también un concepto que esta emergiendo, la gente puede ser gorda en el interior. Si observamos a los pacientes de diabetes tipo 2 en Japón, muchos no aparecen a nuestros ojos occidentales como obesos, pero si realizamos un estudio de imágenes y medimos la grasa visceral, observaremos que hay mucha grasa en el interior.


Siempre hemos pensado que la diabetes es una enfermedad relacionada con la elevada cantidad de glucosa en sangre, pero en realidad vemos que es mucho mas complicada que eso…

Las complicaciones de la diabetes usualmente caen dentro de dos grupos. El primero es el daño en los pequeños vasos sanguíneos en la retina, riñón, y sistema nervioso, debido a los altos niveles de glucosa en sangre que se unen a las proteínas estructurales, y que gradualmente alteran su función y dañando los vasos capilares. Una segunda complicación es la arteriosclerosis –endurecimiento de las arterias- que probablemente tiene una base diferente. La arteriosclerosis, puede estar relacionada con los cambios inflamatorios en las paredes arteriales que se engrosan y pierden elasticidad. También se acelera la formación de placas (acumulación de sustancias grasas y de otro tipo) en la túnica interna de la pared arterial, estos procesos tienden a obstruir el flujo sanguíneo. En la diabetes y en el síndrome metabólico, el tejido adiposo visceral tiende a generar componentes inflamatorios y el balance en las paredes arteriales cambia de una condición saludable, rica en antioxidantes y componentes que causan la relajación a una condición inflamatoria que lleva a elevada presión sanguínea y formación de placas. Por lo tanto la enfermedad cardiovascular y la diabetes provienen de esa falta de balance en el tejido adiposo.


Profundicemos un poco más en las relaciones entre obesidad y diabetes, para eso necesitamos conocer las funciones de la hormona llamada LEPTINA (del griego leptos delgado), que nos permitirá conocer mejor las relaciones entre estas dos enfermedades.


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La Leptina, es una hormona muy importante, descubierta hace aproximadamente diez años atrás, es codificada por el gen obese (ob). Su estructura es proteica y está constituida por 167 aminoácidos, que incluyen un péptido señal de 21 aminoácidos. Su estructura tridimensional presenta cuatro hélices alfa y un puente disulfuro entre las cisteínas en posición 96 y 146, siendo este último necesario para la actividad biológica de la hormona.

La leptina es secretada por el tejido adiposo que informa al sistema nervioso central el estado energético del organismo. Si tenemos suficiente energía almacenada, los niveles de leptina aumentan e inhiben el apetito, la leptina también regula otras funciones neuroendocrinas. Entonces se entiende perfectamente que los ratones con el gen ob mutado (carecen de leptina), sufran de hiperfagia (se alimentan constantemente), obesidad, disfunción endócrina y predisposición a sufrir diabetes.

Antes del descubrimiento de la Leptina, el tejido adiposo sólo era visto como un tejido de almacenamiento de energía, un tejido del que la mayoría de la gente trataba de deshacerse. Luego del descubrimiento de la Leptina y de otras hormonas producidas por el tejido adiposo, cambió completamente la visión que teníamos de este.

Actualmente el tejido adiposo, es visto como un tejido endocrino de gran importancia, que secreta un gran número de mediadores hormonales de naturaleza peptídica (citoquinas) llamados en su conjunto ADIPOQUINAS por ser secretadas por el tejido adiposo (adipokines en inglés) con gran influencia en el metabolismo y otros órganos, en particular, el cerebro. El tejido adiposo es el que le informa al cerebro sobre dos de las más importantes funciones vitales: alimentación y reproducción.


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A pesar de la importante función de la leptina, muchos obesos tienen alta concentraciones de leptina en suero, indicando que el organismo también puede volverse resistente a la leptina (es decir que la leptina no pueda ejercer su acción).

A medida que el tejido graso sintetiza más leptina (porque nuestro cuerpo se vuelve resistente), los niveles inflamatorios aumentan, porque los altos niveles de leptina son altamente pro-inflamatorios. Como ya vimos un aspecto crucial del síndrome metabólico era el cambio que se producía en el tejido adiposo de pasar de un estado “sano”, antioxidante, protector de las arterias a un estado “enfermo” pro-inflamatorio, con aumento en la formación de placas arteriales, aumento de la presión sanguínea, enfermedad cardiovascular y diabetes.

Otra importante lipoquina es la ADIPONECTINA que aumenta los niveles de sensibilidad de la insulina. Una interesante relación es que esta hormona disminuye a medida que aumentan nuestros índices de grasa corporal. Por lo tanto el sobrepeso y la obesidad contribuyen a que los menores niveles de adiponectina circulantes contribuyan a la pérdida de sensibilidad a la insulina.

La adiponectina es una de las proteínas mas abundantes del plasma, y sus concentraciones presentan dimorfismo sexual, ya que en las mujeres los niveles circulantes son mayores a los presentados en los varones.

Por último volveremos sobre el jarabe de maíz de alta fructosa, que muchos investigadores piensan que esta relacionado con la epidemia de obesidad y diabetes tipo 2.

El jarabe de alta fructosaa, es obtenido a partir del almidon del maiz. Luego el almidón es hidrolizado completamente a glucosa. Seguidamente gracias a una enzima isomerasa la glucosa (una aldohexosa) es isomerizada a fructosa (una cetohexosa). El jarabe de maíz de alta fructosa puede tener una concentracion del 55% de fructosa.

Según algunas investigaciones la fructosa no provoca los mismos efectos que la glucosa, entre otros, no provoca la misma liberación de insulina ni de leptina que la glucosa (es decir que estas hormonas se mantienen en niveles relativamente bajos a pesar de la ingesta de bebidas o alimentos endulzados con jarabe de maíz), lo que resulta contraproducente ya que no se produce el mismo nivel de saciedad.

Otra cuestion importante es que la fructosa, al no provocar un sentimiento de saciedad, aumenta la liberacion de la hormona GHRELINA (Ghrelin en inglés), la hormona que estimula el apetito (producida en el estómago y en el páncreas). Por lo tanto los altos niveles de fructosa producirían un desbalance hormonal, por un lado insulina y leptina en bajas concentraciones y ghrelina aumentada, con el consiguiente aumento del apetito. Esta demostrado también que el consumo de fructosa aumenta el nivel de triglicéridos en sangre en forma prolongada, lo que contribuiría al riesgo cardiovascular.


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Conclusiones:

Sin duda, no podemos presentar la gran profundidad de las investigaciones que se llevan a cabo, y muchas deben aún profundizarse para confirmarlas o rechazarlas, pero por lo menos podemos sacar algunas conclusiones de aplicación inmediata:

- El tejido adiposo no es sólo un tejido de reserva de energía, es también un tejido endócrino que libera un gran número de importantes LIPOQUINAS, entre ellas, la leptina y la adiponectina.

- Las lipoquinas secretadas por el tejido adiposo regulan el estado pro-inflamatorio, responsable en gran medida de las complicaciones vasculares (arteriosclerosis) que se observan en el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2.

- El concepto de síndrome metabólico debería ser de aplicación general a nivel de políticas de salud.

- Estamos en presencia de una epidemia a nivel mundial de sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2.

- Podemos obtenes una mejora sensible en la calidad de vida, con cambios en el comportamiento:

1- Dejar de alimentarnos con comidas ricas en grasas (en general fast food y golosinas), dejar de tomar bebidas endulzadas con jarabe de maíz (en general gaseosas y jugos)

2- Volvernos más activos, y en nuestro tiempo libre, caminar, hacer ejercicio o practicar algún deporte. Aun bajando de peso sólo un poco los beneficios son a largo plazo, y baja el riesgo de sufrir diabetes o complicaciones cardiovasculares.

- Los cambios no ocurrirán por sí solos, hace faltan políticas de salud, un cambio a nivel comunitario e individual muy profundo, para mejorar nuestra calidad de vida.


Algunos links importantes:

Este artículo es una traducción y ampliación del siguiente articulo:

http://whyfiles.org/276metabolic_syndrome/index.php?g=1.txt

Para saber más sobre la diabetes:

http://www.msd.com.ar/msdar/corporate/press/diabetes/noticia1.html

Para saber más sobre la diabetes, con artículos y datos muy importantes a nivel nutricional:

http://www.drcormillot.com/articulos/100277.htm#a279

http://www.drcormillot.com/articulos/articulos.php?id=3

Diabetes en Latinoamérica y el caribe:

http://www.msd.com.ar/msdar/corporate/press/diabetes/noticia2.html

El adipocito como celula endocrina (en español):

http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-52562007000200010&lng=en&nrm=iso&tlng=es


http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-24482005000300004&lng=es&nrm=iso


Interesante debate sobre a existencia o no, del síndrome metabólico:

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1850-37482006000700009&lng=en&nrm=iso


Nota del diario La Nación con algunas estadísticas del síndrome metabólico en Argentina:

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=955435

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